Egipto: expediciones ilegales y fraudulentas

EXPOLIO Y FRAUDE

Actualmente se ha puesto en marcha, desde las principales autoridades del Consejo Superior de Antigüedades de Egipto (CSAE), una serie de medidas restrictivas para poner fin a las expediciones ilegales y otras fraudulentas que se están llevando a cabo en estos últimos años…

Según ha afirmado el secretario general de dicho consejo, Zahi Hawas, se es consciente de que aún queda en Egipto un setenta por ciento de restos arqueológicos por descubrir y que la labor corrupta llevada a cabo por determinados equipos sólo amenazan el sentido científico de la arqueología como ciencia, además de suscitar una sobreexplotación que contamina el trabajo de aquellas otras expediciones que trabajan bajo el manto de la legalidad…

Cuando empleamos le término de corrupción nos referimos a los nefastos e inexactos resultados que se obtienen de una mala gestión y de un trabajo malhecho que ignora conscientemente las normas dictaminadas para el ejercicio de una buena, respetable y productiva arqueología. El grueso de estas expediciones se caracteriza, por un lado, por «la falta de cumplimiento de las normas» impuestas por las autoridades egipcias, y, sobre todo, el tener la osadía de «informar sobre los descubrimientos antes de divulgarlos». De forma que se pueda lograr, con éxito y con un relativo orden, resultados fehacientes se pone en marcha una prohibición que comprende un periodo de 10 años y en la que se contempla, entre muchas otras materias, el cese en la emisión de permisos de excavación…

En la actualidad se ha contabilizado y supervisado unas 300 misiones que trabajan en Egipto (en su mayoría en el área del delta del Nilo), una cantidad más que suficiente en este proyecto global por descubrir las riquezas arqueológicas de Egipto es por ello por lo que, para las instituciones pertinentes egipcias, es innecesaria la presencia de tantas otras que, en su mayoría, se localizan en la zona del Alto Egipto…

El anuncio de esta decisión se ha transformado en una tormenta de afirmaciones contra el responsable egipcio llegándolo a denunciar como un «fanático musulmán», ya que en su discurso atribuyó esta medida como prevención ante empresas «fraudulentas» como es el caso protagonizado por una misión británica encabezada por una arqueóloga de la Universidad inglesa de Cork, tras divulgar el supuesto descubrimiento de la momia de la reina faraónica Nefertiti…

Esta cuestión fue inmediatamente investigada, el resultado fue negativo, la versión inglesa era absolutamente errónea, por lo que suscitó un gran revuelo en la capital egipcia. La decisión estaba tomada, las consecuencias que traían estas excavaciones ilegales eran irrefrenables y era muy corriente los expolios, el tráfico de antigüedades egipcias en mercados negros, el destrozo de la zona donde se hace la excavación…

A pesar de las críticas, la política de preservación del patrimonio egipcio continúa en su línea como hemos podido comprobar tras las manifestaciones realizadas por el Ministro de Cultura, Farouk OSN, a los medios hace algunos años. La intención de Egipto no es sólo luchar contra las expediciones ilegales sino que, además, se completará esta política con una estricta investigación para localizar e intentar recuperar las antigüedades egipcias robadas después del año 1972. Fortaleciendo esta decisión en la convención de Ginebra en 1972, se dictaminó que no se permitía comerciar con antigüedades egipcias que salieron ilegalmente de Egipto, mientras que Egipto tenga los documentos que demuestran su posesión.

Desde entonces, la recuperación ha sido lenta pero han sido muchas las investigaciones con final feliz; en algunos casos incluso no ha sido necesaria la intervención diplomática de Egipto sino que las antigüedades han sido devueltas a tierras egipcias a partir de la iniciativa propia de museos y fundaciones que han creído conveniente su devolución. Éste es el caso del gesto de buena voluntad del pueblo de Atlanta al pueblo egipcio a través de la devolución de cuatro piezas importantes, una estatua y una placa grande que pertenece a la Dinastía XXVI tomadas de la tumba del Rey Seti I en 1860 y luego vendidas a algún museo hasta formar parte de la colección de antigüedades del Museo estadounidense Michael Carlos…

En la tarea de recuperación de aquel arte antiguo robado egipcio se ha conocido la alta participación de ciudadanos egipcios en el tráfico de estas piezas, este es el caso de la recuperación de 2300 piezas, además de un pedazo del templo Bahbit El-Higara de Gharbiya, halladas en posesión de un ciudadano egipcio en el Aeropuerto de Heathrow en Londres.

Lo cierto es que Egipto ha logrado recuperar en los últimos años miles de piezas arqueológicas de todo el mundo, antigüedades egipcias que regresan a casa después de 150 años procedentes de Noruega, Japón, Alemania o EEUU (como es el famoso caso de la momia del Rey Ramses I sacado de la excavación mediante contrabando fuera de Egipto). De todas formas aún se sigue instando a otros museos del mundo que tienen monumentos egipcios a devolverlos a Egipto…

Es cierto que existen museos, coleccionistas… que, ante este empedernido esfuerzo de recuperación, se mantiene impávidos y, aún, son muchas las negativas a devolver piezas. Contra éstos, Egipto se ha pronunciado con una serie de medidas en donde se contempla el boicot contra cualquier museo americano que compre cualquiera de los artefactos robados…

Carolina Fontanals

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